- Hidrátalos y elimina las durezas
Para poder evitar la formación de durezas y grietas debemos hidratar diariamente nuestros pies, sobre todo en la época de verano que es cuando más sufren debido al calor y la sequedad de la piel. La piel de los pies es bastante más dura que la del resto del cuerpo, por lo que conviene el uso de una crema especial para ellos y que aporte gran hidratación.
En el caso de existir durezas utiliza una lima o piedra que ayude a eliminarlas.
- Cuida las uñas
Las uñas deben permanecer siempre cortas ya que, en caso de no estarlo, o estar mal cortadas, podrían clavarse en uno de los dedos y provocar heridas e infecciones o llegar a meterse bajo la piel, algo muy molesto y doloroso.
- Utiliza calzado cómodo
El calzado es uno de los factores que más perjudica los pies, sobre todo cuando se es joven y se opta por llevar tacones o calzado estrecho con puntera. Es importante llevar un calzado cómodo y adaptable donde nuestro pie esté bien sujeto y cómodo, evitando la presión.
Es importante evitar el uso de tacones que superen los 5 cm ya que esto podría afectar no solo a nuestros pies, sino también al resto de nuestro cuerpo, ya que modifica la postura corporal y puede provocar dolores en la zona de la cadera, espalda, rodillas y en los propios pies.
Los zapatos han de ser transpirables evitando así el calor y la humedad y con ello la aparición de infecciones.
No se debe abusar de las zapatillas o el calzado deportivo ya que fomentan la sudoración y el mal olor del pie.
- Camina descalzo
Para ayudar a nuestros pies a mejorar su musculatura, circulación y la presión, es muy recomendable, a parte de llevar un calzado adecuado durante el día, caminar descalzos. Los lugares idóneos para ello son el campo o la playa, ya que no sufrirán e incluso se experimenta una sensación muy agradable.
- Mantén tus pies secos
Es importante que nuestros pies se mantengan secos y más en el caso de llevar calzado ya que la humedad provoca hongos e infecciones en la piel. Hay que secar muy bien los pies sobre todo entre los dedos.
- Realiza baños de agua tibia y masajes en tus pies
Una buena manera de relajar nuestros pies y reducir la inflamación es realizar estas sencillas prácticas que calmaran el dolor, en caso de haberlo, y relajar la musculatura después de un largo día.
Sumerge tus pies en agua tibia o caliente y aplica algún jabón de limón o lavanda.
- Acude al podólogo de forma regular
Realizar revisiones en nuestros pies es algo muy importante ya que podríamos estar pasando por alto algún tipo problema y el podólogo podría detectarlo y solucionarlo a tiempo.
Hay que tener en cuenta que los pies son el motor de nuestro cuerpo y repercuten en todo él. Pasamos la mayor parte de nuestra vida calzados, por lo que debemos utilizar un calzado cómodo que no repercuta de forma negativa en la salud de nuestros pies y como consecuencia en el resto de nuestro cuerpo. Combinando el calzado cómodo con los consejos que ofrecemos para el cuidado de tus pies podrás contar con una mejor calidad de vida, algo que tu cuerpo agradecerá.