Este calzado es adecuado a la forma natural de un pie sano, distribuyendo el peso uniformemente entre los pies y permitiendo el libre movimiento.
Estas propiedades dependen, desde el punto de vista de la biomecánica, de una serie de aspectos de diseño:
- Adaptación a la forma del pie durante la marcha sin oprimirlo, para evitar rozaduras y deformidades.
- Amortiguación de los impactos del pie con el suelo al caminar para evitar lesiones y aumentar el confort.
- Distribución de las presiones que se soportan en la planta del pie para evitar puntos dolorosos.
- Interior del calzado bien acabado para prevenir problemas con la piel, eliminando costuras burdas o mal dispuestas.
- Confort térmico para evitar sudor excesivo.
- Agarre al suelo para librarse de resbalones y caídas.
Todo esto es lo que lo convierte en un zapato sano para sus pies.
La anatomía de un zapato beneficia la anatomía de un pie.